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Un triste ejemplo de la monotonía en el matrimonio.
Digo triste porque es una situación que, por diversas razones acaba ocurriendo, y en algunos casos es el principio de la cuenta atrás.
Una joven pareja que se conoce prometiéndose las estrellas, y al final acaban acomodándose a un ritmo de vida y una situación diaria basada en el día a día, sin ninguna emoción que vivir.
Sus sueños se ven truncados y las posibilidad están ahí, pero lo que antes era fácil de llevar a cabo, ahora es tirar la vida por la borda.
Los detalles son los hacen que entre Winslet y DiCaprio comience una batalla llena de hostilidades.
Él intenta que todo marche bien, aunque es el primero en desfogarse con una compañera de trabajo.
Pero ella no es mucho mejor, y mantiene relaciones con su vecino, que es un amigo en común del matrimonio.
Quien realmente paga el precio de todo este desorden, son los hijos.
Un ejemplo de película para pensarse un cambio en la vida de cada uno, darse un capricho de vez en cuando, y como decía Dale Cooper: ¨Todos los días sin pensarlo, hágase un regalo¨.
Las actuaciones son magistrales, pero Leonardo, está fabuloso. Cada vez que le veo actuar me asombra su capacidad para adaptarse a épocas y personajes tan variados, llevándolos de forma tan precisa.
Winslet es mucho más emotiva, y hace una actuación muy buena, sobre todo cuando empiezan los problemas.
El reencuentro de estos dos actores que marcaron una época como pareja, es bastante acertado.

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